martes, 24 de abril de 2007

Sobre la espera




Primero pensé: la verdad eso de ser crisálida no me está gustando. Siempre a la espera. Odio esperar.

Pero luego maduré la reflexión. Hay algo que hace distinta a esta espera. Una espera esperanzadora. Una espera que habla y me dice que algo muy bueno está por venir. Y que se acerca. Que no es ilusión. No es un espejismo. Esta vez no es un engaño, ni un sabotaje. Algo grande se está acercando, y se oye el retumbar del suelo en cada paso… y avanza.

Antes –pensé- se erizaba la piel con el sólo imaginar que alguna vez despertara y buscara aproximarse. “Y si no me ve o no se mide y al avanzar me aplastara?” “Y si brincando de felicidad al verme, busca jugar conmigo y sin querer me lastima al hacerme un cariño?

En cambio ahora que se acerca, que se siente muy cerca, y que yo misma me he acercado, la espera de tenerlo de frente, de estar frente a frente, se hace taaan larga. Ese retumbo –ahora lo sé- no es porque es gigantesco ni monstruoso, sino porque es firme en su andar. Es seguro en su marcha. Sabe lo que quiere y hacia dónde se dirige. Por qué entonces tarda tanto en llegar?

Ahora sé que quien se acerca no es mi enemigo. Ni soy yo –para sorpresa de otros- el monstruo devora-todo de lo que se está por acercar. (Eso de ser grande o pequeño, malévolo o inofensivo, manso o guerrero es tan relativo!!!)

Sé que ambos nos acercamos en busca de la mirada del otro y que al estar frente a frente ninguno tendrá que inclinarse para mirarse a los ojos. Lo sé porque lo he recordado. Recordé (porque hay cosas que por alguna razón se omiten o se llevan al olvido) que ya antes ha estado tan cerca que lo he podido ver, y oler, y tocar de muchas formas y en muchos momentos. Eso me hace esperar.

Y fue llegado a este punto que comprendí que la larva en su crisálida no se halla en una espera malograda, es una espera con un propósito claro, una espera transformadora. Ella sabe que pronto se convertirá en mariposa.

2 comentarios:

Crisálida dijo...

Neón: ahora que lo pienso, a eso te referías con la espera de Penélope?

Anónimo dijo...

La espera de Penélope es ella misma, y su tejer es tu escritura. Ulises no es más que el articulador, y lo que importa realmente es el signo que queda. Signo de ella. La valiente Penélope.
Como siempre, el placer es nuestro.